Cuantas mujeres llegamos a la cuarta década de nuestra vida, y empezamos a notar cambios gradualmente más intensos en nuestro ciclo menstrual, en nuestra corporalidad, en nuestra piel, en el descanso, en el estado de ánimo, libido, dolores articulares, los fatídicos sofocos, etc.
No todas las mujeres experimentan todos los síntomas y algunas, apenas tienen alguno, más allá de la perdida de la menstruación. Pero lo cierto es que, alrededor del 85% percibe uno o varios de estos síntomas más o menos molestos.
Es importante concebir esta etapa como parte de la vida de la mujer, sin ser catastrofistas y negativas, sino con actitud proactiva, dirigida a vivir esta etapa afrontando los posibles cambios en nuestras rutinas y hábitos que nos harán sentirnos mucho mejor. Muchos mitos también, acompañan esta etapa, y cada mujer es un mundo, por lo que no hay que obsesionarse con lo que vendrá.
Además de perseguir una alimentación saludable con objetivos concretos para paliar los posibles síntomas, debemos prestar atención a realizar ejercicio físico, especialmente ejercicio de fuerza, para contrarrestar la pérdida de masa ósea, la ganancia de peso, la perdida de energía, etc., todo ello debido a la bajada de estrógenos que se produce.
La perimenopausia (etapa anterior a la menopausia que dura de 2 a 8 años) puede ser clave en la forma que tenga nuestro cuerpo de responder a la perdida de la menstruación y la caída de estrógenos. Cuanto mejor sea nuestra condición física antes de llegar a la menopausia, menos cambios y más suaves serán los que tengamos que afrontar.
En cuanto al patrón de alimentación hay que individualizar mucho según los síntomas que cada una tenga, pero como base, habrá que prestar atención a los siguientes nutrientes:
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- Frutas y verduras con el aporte de antioxidantes en vitaminas, minerales y fibra.
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- Proteína, inclúyela en todas tus comidas para contrarrestar la pérdida de masa muscular y la perdida de colágeno.
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- Calcio, para combatir la osteoporosis o perdida de densidad ósea.
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- Fitoestrógenos, presentes en legumbres, soja, semillas, cereales, frutas y verduras, ayudan a equilibrar los niveles hormonales.
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- Evitar al máximo posible, ultraprocesados, alcohol y tabaco. Todos ellos empeoran muchos de los síntomas como los sofocos, la osteoporosis, la perdida de colágeno.
En definitiva, además de los cuidados aquí expuestos, una actitud positiva ante la menopausia, como nueva fase natural de la vida de las mujeres, mantenernos informadas sobre nuestras necesidades actuales y compartir nuestras inquietudes y experiencias con nuestro entorno, pueden marcar una diferencia en nuestro bienestar físico y mental en esta etapa de nuestra vida.